La agricultura
En la Nueva España la agricultura fue la base de la
economía, por la producción de alimentos para la población y para el ganado, y
como materia prima para otras actividades económicas como la minería. Generó
importantes ingresos para España, por la gran cantidad de productos que se
exportaban a Europa como: cacao, jitomate, aguacate, maderas, vainilla, grana
cochinilla, etc.
La tierra y el clima templado de la Nueva España
favorecieron la introducción de nuevos cultivos como el arroz, avena, cebada, sorgo,
caña de azúcar, trigo, café, ciruelo, durazno, lino, cáñamo, el añil,
etc.
Otros productos agrícolas importantes fueron el
algodón, el cacao, la vainilla y el añil, todos ellos de origen autóctono. El
algodón fue importante porque constituyó la materia prima de la industria
textil. Durante el siglo XVI el olivo y la vid, el gusano de seda, la morera
(planta para alimentar al gusano), el lino y el cáñamo tuvieron buena
aclimatación pero cuando su producción representó competencia para los
productores de España se prohibió su explotación. La agricultura indígena no
obtuvo cambios importantes, los indígenas siguieron utilizando los instrumentos
rudimentarios de labranza y el sistema de cultivo de milpa y chinampa.
La minería en la Nueva España
A partir de
1548 se descubrieron en la Nueva España, ricas minas de plata en varios puntos
del territorio, el metal produjo grandes riquezas y fue la principal fuente de
ingresos para la monarquía de España. Las primeras minas explotadas por los
españoles fueron las de Tehuantepec, Zumpango y Taxco (Guerrero), Sultepec
(Edo. de México) y Tlapujahua (Michoacán).
El auge minero
de Nueva España se inició con el descubrimiento de las minas de Zacatecas en
1546. A partir de ese momento, la actividad se extendió por diversos rumbos
como Guanajuato, Pachuca, San Luis Potosí. Se fundaron importantes ciudades en
las cercanías de las minas más ricas. En Pachuca
alrededor de 1555, Bartolomé de Medina inventó un sistema para separar la plata
de otros minerales, utilizando mercurio, sal y pirita de hierro o cobre. Este
sistema fue conocido como “beneficio de patio” o “sistema de amalgamación” y redujo el tiempo y el costo de la producción de
plata y perduró hasta 1792.
En la etapa
colonial la producción de minerales presentó altibajos: de 1555-1630, periodo
de auge por el descubrimiento y explotación de nuevas minas, de 1630-1740,
periodo de disminución de la producción, por escasez de mano de obra,
limitaciones técnicas, inundaciones en las minas, falta de caminos e inseguridad
en ellos y escasez del mercurio, monopolizado por la Corona española.
La minería
tuvo una gran importancia para la Corona, ya que sus principales ingresos
provenían de los impuestos que debían pagar los mineros por la explotación de
las minas, estos impuestos fueron: el Quinto Real, el minero debía pagar
una quinta parte de lo extraído, a partir de 1548 se redujo a la décima parte o
diezmo; el derecho de amonedación, implementado en 1536
cuando se estableció la Casa de Moneda para la acuñación de monedas de plata y
cobre y el derecho de vajilla; impuesto
cobrado por la producción de vajillas y alhajas de plata y oro.
Comercio interior
Durante los
siglos XVI-XVIII el comercio fue una de las principales actividades económicas
novohispanas fuertemente reguladas por los españoles. Distinguimos el comercio
interior en la colonia y el exterior de la Nueva España con otras naciones.
Por los
caminos que conducían principalmente a los centros mineros, transitaron
regularmente comerciantes españoles e indígenas, funcionarios, ganaderos,
arrieros, mineros, misioneros, religiosos, artesanos soldados españoles,
nómadas chichimecas, etc.
Las recuas de
mulas, los carros y carretas jalados por mulas o bueyes y las espaldas de los
tamemes indígenas, transportaron miles de toneladas de alimentos, ropas,
calzado, productos de maguey, yerbas olorosas y especias, productos tropicales,
herramientas, objetos suntuarios, libros, medicinas, cobre, cueros, sal,
azogue, plomo, equipo minero, enseres domésticos, artículos para la limpieza,
implementos agrícolas, entre los productos más importantes se encontraban el
maíz, trigo, fríjol y forraje. Todo lo necesario para mantener las poblaciones
mineras.
Durante el siglo XVII, al lado de la mina, se
establecieron ranchos y haciendas y obrajes, dando origen a importantes ferias
comerciales, como la feria de San Marcos, y mercados locales, principalmente en
el noroeste del territorio, incrementando aún más el comercio interno. En el
centro del territorio, los mercados conservaron la organización y costumbres
observadas en los tianguis indígenas. Al sobrevenir una severa escasez de
víveres, las autoridades establecieron la alhóndiga granero municipal-, con el propósito de controlar los precios del maíz y
trigo y garantizar el abasto de alimentos, así como los abusos de los
intermediarios. El comercio de la Nueva España, tanto interior como exterior,
estuvo dominado por el Consulado de Comerciantes de la Ciudad
de México, creado en 1592, agrupó a los grandes comerciantes
mayoristas, tuvo organismos, tribunales y derechos especiales con atribuciones
para ejercer tareas de gobierno, y
de cobro y administración de
impuestos, como el de alcabala (pago por toda venta o permuta de mercancías).
Comercio exterior
El gobierno español impuso que los barcos empleados en
el comercio con las colonias fueran construidos en España y tripulados por
españoles, prohibió el comercio de las Colonias con cualquier otro país así
como el comercio entre las mismas colonias e implementó un régimen de altos y
numerosos impuestos. El comercio exterior de las colonias americanas solo se
podía realizar a través de la Casa de Contratación de Sevilla (creada en 1503), después por Cádiz,
en tres puertos de América: Veracruz, Panamá y Cartagena de Indias en Colombia.
Comercio en el Océano Atlántico
Por la vía
Veracruz-Xalapa-México, viajaban los productos europeos que se embarcaban en
Sevilla y Cádiz, de España se traían cafeteras, candelabros, navajas, tijeras,
peines, barajas, jabones, aguas de color, medias y calzas de punto, hebillas, tafetanes, linos, mantillas, pañuelos enrejillados y floreados, de muselina, de cambray, bordados de olán, batistas, cintería de seda y raso de carranclanes de la
India, encajes de
Flandes, elementos indispensables para los atuendos de la clase social
acaudalada. Para la actividad minera se traían picos, cuñas, barrenas y
barretas, para los carpinteros azuelas, gubias, serrotes, para los herreros hierro en barra, labrado, en clavazón y en planchuela,
martillos de fraguas y cinceles. También pipas y medias pipas de vino tinto,
barriles de pasas, alcaparras, aceitunas, almendras, avellanas, queso
parmesano, jamones, chorizos, aceite, vinagre, entre otros muchos productos,
que recorrieron diversos caminos para llegar a las manos de ansiosos
consumidores.
Los productos y las más diversas materias primas del
Oriente se concentraban en Filipinas, procedían de la India, Ceylan, Camboya,
las islas Molucas, China y Japón, su destino final era Europa, pero la
capacidad económica de la Nueva España le permitió adquirir la mayoría de estas
mercancías y pocos eran los productos que llegaban a su destino final. Los
galeones salían de Acapulco con rumbo a Filipinas en el mes de marzo y llegaban
a Manila tres meses después, el retorno a la Nueva España era más complicado y
tardaba entre 7 y 8 meses porque el barco venía abarrotado de mercancías
autorizadas y además el habitual contrabando, lo que le impedía navegar con
rapidez.
Comercio en el Océano Pacífico
La Nao de
China o Galeón de Manila transportaba productos de Oriente a Nueva España eran:
“sedas, objetos artísticos y decorativos, muebles, marqueterías, porcelanas,
loza, tejidos de algodón, cera, oro, también llegaban las famosas “indias
chinas” que eran esclavos y criados de origen asiático, arribaron algunas
manifestaciones culturales como la pelea de gallos importados desde Malasia,
algunas bebidas como la tuba extraída de las palmeras y de procedencias
filipina que aún existe en Colima y Acapulco. Se exportaba al Oriente: plomo,
papelería, plata, jerguetas, vino, vinagre, cacao, maíz, fríjol, oro en
lingotes, pesos fuertes acuñados en la Casa de Moneda de México...” (Romero
Giordano, C. Breve historia de la Nao de Manila en México en el tiempo... .16-17)
Clases sociales
En las ciudades, principalmente en la ciudad de México,
se aprecia mejor el mestizaje cultural, ahí conviven grupos con condiciones y
costumbres distintas, españoles peninsulares, indígenas criollos, negros,
mestizos y castas. Las clases desfavorecidas convivían cotidianamente con la
aristocracia novohispana que tenía su modelo de comportamiento en la corte
virreinal luciendo sus engalanados vestuarios y carruajes, en contraste con la
pobreza de vestuario de esclavos y sirvientes y la miseria de los limosneros.
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La ganadería
Desde los primeros años de la conquista se
introdujeron a la Nueva España diversas especies de ganados en cantidades
reducidos debido a las dificultades de transporte, pero las buenas condiciones
climáticas y topográficas permitieron el desarrollo de la ganadería.
El problema principal de la ganadería fue la necesidad de grandes
extensiones de tierra para el pastoreo, que provocó la destrucción de cultivos
indígenas y la apropiación de grandes extensiones de tierra, muchas de ellas de
las comunidades indígenas, formando grandes latifundios. El ganado caballar fue el primero en hacerse presente
como cabalgadura, para nobles y caciques, su rápida multiplicación redujo su
precio y muchos pudieron disponer de caballos. Para 1524 se introdujeron las
primeras cabezas de ganado porcino (cerdos), criados y comercializados
casi exclusivamente por los indígenas, el uso de telas de abrigo y las
costumbres europeas, hicieron que el ganado lanar u ovino ocupara un lugar
destacado en la economía novohispana favoreciendo la aparición de obrajes de
lana y confección de ropa. El ganado caprino (cabras) fue muy solicitado por la
dieta de los españoles, se adaptó sin problemas a las tierras áridas del norte.
El ganado vacuno (vacas)
se extendió rápidamente, lo que significó una drástica disminución de los
precios de la carne en las ciudades de México y Puebla.
La
introducción de bestias de carga, asnos y mulas sustituyó el trabajo de carga
de los tamemes, en forma gradual y lenta principalmente en
las zonas mineras. El rápido incremento del
ganado provocó diferencias entre los españoles, para resolverlas se instituyó
la Mesta, gremio de propietarios de estancias y de ganado (similar a la
española), los “hermanos de la mesta”, como se llamó a los ganaderos
pertenecientes a esta organización, tenían la obligación de asistir a las
reuniones o consejos, y devolver el ganado ajeno.
excelente material de apoyo, gracias por compartir
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